El SURF ES MI VIDA.
Desde que tengo uso de razón he sentido un vínculo especial con el mar. Meterme en él, es de las sensaciones más placenteras que he experimentado nunca. Como buen escorpio, signo de agua, este sentimiento está cada vez más acentuado y necesito sumergirme en él cada día de mi vida, para llenarme de energía. En la playa donde me crié, no había tradición de surf, Sardina de Gáldar, Gran Canaria, si de body board pero no de buenas olas para la práctica. Ya desde bien pequeña sentía que deslizarme en las olas me motivaba mucho, me generaba la adrenalina que necesitaba. Por ello, durante muchos años de mi vida, cogía olas con bodyboard, hice windsurf, natación y todo aquello que oliese a mar y a agua.
Más tarde, ya hace 20 años, conocí el Surf y tengo que decir que me cambió la vida, me la dio, me completó, me llenó, ya no hubo vuelta atrás, sentí que era mi camino y hasta hoy, lo sigue siendo.
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